A lo largo de mi vida, he experimentado altas y bajas en relación a mi cuerpo. Sé que esto es algo que todo mundo vive. Tristemente, no creo que haya alguien que no haya tenido una relación complicada con su cuerpo así que hoy nos vamos a poner vulnerables y hablar de eso. 

Aquí te comparto las cosas que me habría gustado entender antes sobre mi cuerpo y qué me ha servido a mí y a muchas de las personas que me rodean a mejorar esa relación. Igual y aquí encuentras algo que te sirva o tan solo un espacio segurx para saber que no estás solx en este proceso. 

1. La representación importa 

Pasé muchos años de mi adolescencia, comparando mi cuerpo con los cuerpos que veía en las revistas o en Instagram porque pensé que había una única forma de verse. 

Aprender a soltar la obsesión que tenía con mi apariencia física no fue nada fácil pero mi mayor realización fue cuando entendí que mi cuerpo es mi hogar y mi revolución. 

Nada ha sido más chido que poder darme cuenta que es una extensión de mí para poder expresarme, para poder hacer lo que más me gusta y para ir a todos los lugares que me encantan.

Cambié mi diálogo interno pero lo más importante, deje de consumir contenido alejado de mi realidad y mejor busqué personas que se ven como yo para entender que mi cuerpo es completamente normal. 

Las redes sociales son una herramienta increíble o terrible, todo depende de cómo decidas usarlas. Yo decidí que fueran un espacio seguro así que dejé de seguir cuentas que no me aportaban y empecé a seguir de cerca a mujeres que han aprendido a sentirse cómodas con cuerpos que se parecen más al mío.

2. Mis inseguridades son un negocio

Entendí que la sociedad impone estándares de belleza poco alcanzables porque las empresas lucran de nuestras inseguridades. No sé porque pero saber que para poder vendernos “la solución” tienen que crearnos el problema primero, me da tranquilidad. Porque entiendo que no hay nada malo en mí…

No digo que las inseguridades no existen, claro que existen y personalmente tengo muchas. Pero trabajando en mi autoestima me di cuenta que muchas de mis inseguridades ni siquiera venían de mí. Aprendí a separar las cosas que de verdad quería trabajar en mí y las que no. 

3. Mi cuerpo es válido 

Cuando entendí que todos los cuerpos merecen respeto independientemente de su forma, tamaño o características físicas me liberé de una carga emocional gigantesca. Aprendí a celebrar la diversidad corporal y reconocer que cada uno de nuestros cuerpos es increíble a su manera, que somos mucho más que tallas en ropa o kilogramos en una báscula. Que lo menos importante es nuestra apariencia porque NACIMOS PARA SER DIFERENTES. 

Estas fueron algunas de las cosas que me sirvieron para cambiar la relación que tengo con mi cuerpo, si algo de lo que leíste te ayudó entonces cumplí con mi objetivo. 

La aceptación es un proceso continuo y no siempre fácil, pero es un paso importante hacia la felicidad y el bienestar emocional. Nunca dejes de trabajar en ello y sigue luchando por una sociedad que valore la diversidad y la belleza en todas sus formas.

Te agradezco por tomarte el tiempo de leer mis palabras y por formar parte de la comunidad SARELLY SARELLY. 

Con amor, 

Sof.