Me enteré de que me era infiel por una pizza
Para echar chisme con mood de San Valentín y relaciones les quiero contar sobre mi relación más tóxica y cómo me enteré de que mi wey me era infiel. #OjoDeLocaNoSeEquivoca Soy Pipe, director de operaciones aquí en SARELLY SARELLY y decidí prestar mi historia para que nos divirtamos un rato.
Todo comenzó en el 2015 cuando empecé a platicar con un chico/wey/hombre por Facebook, lo llamaremos Carlos para fines de esta historia. Carlos se me hizo guapísimo y aunque vivíamos en diferentes ciudades las cosas se dieron poco a poco hasta que un día él decidió venir a visitarme.
Pasamos casi dos semanas juntos, salimos mucho en esos días y sentí que conectamos demasiado bien. El tiempo pasó y como estábamos por regresar cada quien a su rutina normal, decidimos mantener la comunicación por redes sociales pero nuestra relación se hizo OFICIAL.
Pasó el tiempo, todo en orden. Seguíamos en una relación a distancia hasta que Carlos tomó la decisión de estudiar en una universidad de la ciudad donde yo vivía, supuestamente para que “estuviéramos cerca”.
¿Así que adivinen qué? Se nos ocurrió que era una idea mega romántica vivir juntos. Ya viviendo bajo el mismo techo, Carlos siempre me contaba de uno de sus ex. A este ex le llamaremos Alejandro.
Carlos me contaba, muy casual, de su ex Alejandro quien según esto vivía en París y que jamás pudo superar a Carlos. Me dijo que cuando se enteró de nuestra relación casi casi se volvió loco y le rogaba desconsoladamente para que me dejara y volviera con él.
El nivel de toxicidad en este punto de la relación era preocupante. Nos celábamos por todo y teníamos acceso al teléfono del otro (no lo volvería hacer, tomen nota). Digamos que yo también ya sabía que Carlos tenía malos hábitos con ciertas sustancias pero el me había prometido que había cambiado por mí y claramente yo le creí hasta que… Descubrí que en una fiesta se había besado con otro hombre y cuando trataba de confrontarlo sobre el tema, él lograba manipular mis sentimientos para que creyera en él.
Ahora, un día escuché como Carlos hablaba por teléfono con alguien en la madrugada. Resulta que por una emergencia tenía que irse de la ciudad muy temprano al día siguiente, claramente yo le creí. Carlos se fue un viernes y en la noche a mi me llega un mensaje a mi mail de que mi pedido por Rappi ya estaba en camino🤡 (era para Carlos).
Me meto a la aplicación para ver el pedido y veo que era una pizza y ¡CONDONES!... Cabe recalcar que esto fue días antes de mi cumpleaños. No lo pensé ni dos veces y fui al hotel donde el Rappi hizo la entrega. Toco la puerta y ¿adivinen quien me abrió?
Carlos se quedó pálido de la sorpresa cuando me vio ahí parado. Encontré la pizza y otras cosas que me confirmaron lo que había pasado y ya se imaginarán el desastre. Discutimos muchísimo, me salí corriendo de ahí porque lo que menos quería era verlo.
Pasaron los días y al llegar mi cumpleaños un amigo me dijo que me tenía una sorpresa, que me arreglara y me vendara los ojos. Yo sin ver nada me llevaron a quien sabe donde, me ayudaron a subir escaleras y cuando pude ver, estaban todos mis amigos ahí. Rápidamente escaneé en lugar y sí, Carlos también estaba.
Aquí va lo peor, porque me recibió con un bolso de una marca carísima de París, un ramo de flores gigante y un peluche todavía más grande. Me pidió regresar pero con todo lo que pasó yo tenía demasiadas preguntas sobre esta persona “que se supone que conocía” pero claramente no.
No me pude quedar quieto, necesitaba respuestas así que tuve la brillante idea de buscar a Alejandro, el ex del que tanto me hablaba. Le mandé mensaje por Instagram y platicando con él, efectivamente me dijo que él amaba a Carlos pero que Carlos lo dejó por mí y que estaba muy mal por eso.
Toda la conversación le daba la razón a lo que me había contado Carlos. Empecé a sentir que tal vez Carlos no me mentía y que todo me lo estaba imaginando mucho peor de lo que en realidad era. Hasta que…
A media conversación me llega un mensaje de Alejandro diciendo: “¿Qué está pasando aquí?”.
Traté de meterme a la conversación para contestar y veo que la cuenta había desaparecido…
Descubrí que Carlos había hackeado la cuenta a Alejandro, que ellos dos jamás fueron novios y él que me estaba contestando los mensajes, era Carlos. Está ya por fin fue la gota que derramó el vaso y la que me permitió no volver con él nunca más.
Me di cuenta de que anduve con un mitómano, que fingió muchas cosas durante toda la relación y que realmente nunca supe quién era Carlos a pesar de haber vivido con él y todo. Hoy en día tengo demasiado cuidado con la gente que conozco en redes y espero de corazón que, sabiendo mi historia, ustedes igual tengan más cuidado con la gente a la que le abren las puertas de su vida.
Moraleja, nunca sabemos con quien estamos pero la confianza se gana y la intuición es poderosa. Aprendamos a diferenciarla de nuestras inseguridades pero no la callemos nunca.
Espero que esta historia les haya divertido un poquito ahora que son épocas de San Valentín y todo se pone muy cursi.
Nos vemos el siguiente domingo con otro blog post o chismecito de la marca.
Byeee.